La despedida
NOS VEÍAMOS MEJOR EN LA OSCURIDAD de los bares de copas, entre volutas de humo, cuerpos sudorosos y exultantemente jóvenes, como los nuestros entonces, que ahora, que forzamos comidas del grupo cada tanto, a las que los críos van a regañadientes. Nos mecíamos al ritmo de las canciones de moda de los 80 y 90, o nos desgañitabamos con los éxitos del momento, especialmente tú, debo decir- en grupos de amigos, parejas que se besaban y se abrazaban, se metían mano en un rincón, de manera torpe, a veces por primera vez… Así conociste a Hector. Nos contábamos las cosas mientras nos arreglábamos en tu casa, cuando íbamos de camino a San Miguel o en el trayecto entre los bares, o esperando, en la esquina o en la parada del bus… Y bebíamos. Más de lo sensato, pero era nuestra forma de relacionarnos también. De desinhibirnos. De encajar. Y era divertido. Bares en El Rollo, en el Casco. Rondas de chupitos. Copas. Cervezas. Agua… ...