Despertar
Cuando Alfonso Alonso recobró la conciencia no sabía que el calendario marcaba el 4 de noviembre de 2031. No se podía mover, peró oyó un concierto de pitidos y una sinfonía de luces atronó aquella habitación tan extraña, verde fosforescente. Una desconocida se levantó, como empujada por un resorte, de un sillón de plástico situado a su derecha y se lo quedó mirando fijamente, mientras se tapaba la boca con las manos para no gritar. - ¿Y tú quién eres? –Quería preguntarle Alfonso a la extraña. Pero no le salían las palabras. Tenía algo metido en la garganta. De repente se abrió una puerta corredera, al parecer de forma automática, y entró un ¿astronauta? Enfundado en un mono blanco y una especie de escafandra con una ventana transparente, por la que se le veía parte de la cara ¿Qué estaba pasando? - Hola, Alfonso.- le saludó.- ¡Por fin te has despertado! Vamos a quitarte el respirador… Inhala por la nariz… Más, más...