La canción del verano

 

La bola de fuego incandescente incendia el hemisferio norte. 

Las autoridades aconsejan no salir a la calle en las horas centrales del día, beber agua abundante (no bebidas azucaradas) y cuidar especialmente de ancianos y niños pequeños, más vulnerables al calor extremo y más propensos a sufrir golpes de calor.

Los termómetros sobrepasan los 50º, mientras que el asfalto se derrite como un cucurucho de helado fuera del congelador.

Es el verano en que los mejillones aparecen cocidos por las altas temperaturas en las costas del océano Pacífico de Canadá, las sombrillas de las medusas colonizan un poco más el mar Mediterráneo y las algas invaden la costa dejando un hedor insoportable.

Indolente, lo soporto estoica, sin apenas días libres, convenciéndome como todos los años de que en agosto en la oficina se está fenomenal, con el aire acondicionado y con menos trabajo …

Ayer supe los resultados; carcinoma grado 2.

-          Ana, tenemos que programar otra tanda.  Empezamos la semana que viene.- Me espeta el doctor López. 

 

No podía dejar de decírtelo, Mario -me digo a mi misma mientras te busco en el whatsapp.  Me estuviste animando durante todas las sesiones el verano pasado, llenamos la nevera de cervezas artesanas, conocí a Joe Bonamassa y a tus rockeros favoritos, que me han acompañado durante la quimio, y te puse al tanto de los míos, más escorada al rock nacional y a los 80... En algún momento cruzamos la frontera y me besaste.

- Madre mía, madre mía, madre mía... pensaba mientras nos besábamos.

- No sé si es buena idea... -Me dijiste al día siguiente.

 

Nuestros planetas orbitan en torno a estrellas distintas, pero en algún momento las dos se enredaron y bailaron un tango hasta que se acabó la música.

 

Por fin tecleo:

- Ha vuelto. Otra tanda.

 Recuerdo como me acariciabas la cabeza cuando empezaba a crecerme el pelo

La respuesta es inmediata:

- Esta vez será la definitiva. Una vez más. -Y un emoticono de un biceps, tres veces.

Luego me mandaste un muñequito de los tuyos, que siempre me hacen reír.


En este verano abrasador, tu voz, tus palabras, suenan a fraseo de tango.

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