Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2020

La tradición

  Llegó sin avisar aunque todos lo esperaban. Gritó: -            ¡Os he extrañado tanto! Una versión más joven del recién llegado, miró a su madre que explicó: -            Martín, Es tu padre.    En nuestra familia, uno de    cada generación realiza un viaje en el tiempo. Solo regresa cuando debe renovar la tradición.    Es tu turno.  Incapaz de articular palabra, Martín se levantó de la mesa y cogió el reloj de arena y la enorme llave herrumbrosa que su progenitor le tendía.   No recuerda nada más.  Está al lado de una puerta en la que la llave encaja y el reloj no tiene arena.  

Ana

  Bucear en el lago que había al lado de la casa había sido el pasatiempo favorito de los niños del pueblo, pero desde que la pequeña forastera se ahogó aquella noche de San Juan ya nadie se atreve, y la casa permanece cerrada a cal y canto.  Solo se escucha el sonido del viento que azota las contraventanas y, a veces, extraños crujidos en los tablones del embarcadero.  Y si alguien observara con detenimiento, cada solsticio podría ver las huellas de unos pies infantiles   sobre la madera carcomida y escucharía un breve chapoteo sobre la lámina de agua.   

Daltónicos

            Ella tenía los ojos del color de la Coca-Cola, y él de Baileys con hielo.   Parecía que en cuanto se miraran, se cuajaría la mezcla y se volverían bizcos los dos.      Los ojos de su hijo eran azul   piscina.   Y los de su hija verde agua.   Tenían un perro blanco y un gato negro. Se vestían todos iguales y revelaban las fotos en blanco y negro.   Ellos no apreciaban nada extraño.      En su trabajo, en una tienda de pinturas, las mezclas de color siempre salían grises.