Las lentejas de María
La iglesia del Carmen está a reventar. En la primera fila, Julia, sus dos hijos y su marido, serios, contenidos, abrumados, como el propio Manuel. Todos los bancos llenos. Los que no caben, de pie en los laterales y en la parte de atrás. Un murmullo sordo a lo largo de toda la misa. El padre Manuel no da crédito, levanta la vista del Misal, coge el micrófono y se dirige a la parte delantera del altar para empezar la homilía cuando se abre la puerta de la iglesia y entran Fátima, Habiba y Rachid, seguidos por los habituales del comedor social. Se apiñan un poco más en la parte del fondo. El padre Manuel sonríe. - Querida Julia, queridos Pablo, Antonio y Raquel. Hoy estamos aquí para dar nuestro ultimo adiós a María, una madre y una abuela excepcional, una amiga para todos nosotros, y un pilar de nuestra comunidad. Personalmente la voy a echar mucho de menos, y como podé...