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Mostrando entradas de noviembre, 2018

Las lentejas de María

La iglesia del Carmen está a reventar.  En la primera fila, Julia, sus dos hijos y su marido, serios, contenidos, abrumados,  como el propio Manuel.  Todos los bancos llenos.  Los que no caben, de pie en los laterales y en la parte de atrás.  Un murmullo sordo a lo largo de toda la misa. El padre Manuel no da crédito, levanta la vista del Misal, coge el micrófono y se dirige a la parte delantera del altar para empezar la homilía cuando se abre la puerta de la iglesia y entran Fátima, Habiba y Rachid, seguidos por los habituales del comedor social.  Se apiñan un poco más en la parte del fondo.  El padre Manuel sonríe. -            Querida Julia, queridos Pablo, Antonio y Raquel.  Hoy estamos aquí para dar nuestro ultimo adiós a María, una madre y una abuela excepcional, una amiga para todos nosotros, y un pilar de nuestra comunidad.  Personalmente la voy a echar mucho de menos, y como podé...

Resaca

El hombre de la gabardina metió el sobre en el buzón.  Cuando Ava se despertó a la mañana siguiente, el sobre y un telegrama descansaban en la bandeja de plata del desayuno junto al café. Ava se levantó, se puso la bata sobre la piel desnuda, se preparó un whisky con dos aspirinas y se dispuso a leer su correspondencia. El telegrama decía: Vuelo Nueva York Madrid. Llegada 21 julio 20 horas. Deseando verte. F. El sobre contenía varias fotos de ella y el torero en la fiesta flamenca de hacía ¿dos noches? Se le empezaban a mezclar las imágenes de fiestas, tablaos, capeas… La estaban siguiendo, suponía que los esbirros de Frank, -encogió los hombros- si sus salidas eran vox populi … Incluso había una peliculita de esas de propaganda que ponían antes del pase en el cine, con ella y Luis Miguel toreando una vaquilla.  El pesado de su marido iba a venir a tocarle las narices, muerto de celos, baboso perdido. Y Dominguín la acababa de dejar por una actriz italiana… Que se a...

Basado en hechos reales

Basado en hechos reales. Primera persona (Eva) -Eva, ¿una caña?- Me dijo Guaci al acabar la clase.   -Venga, vale.   Contesté.   Me había propuesto irme a casa desde el curso, pero bueno, desde el bar me cogería un taxi.   Al final fuimos unos cuantos al chino de enfrente de la Plaza.   En la puerta, tropezamos con dos tipos que entraban, uno con la cabeza rapada y otro flaquísimo, con las mejillas hundidas y los ojos vidriosos, con cara de fumar algo más que tabaco. -           ¿Sabías que eres muy guapa?- Soltó el de la cabeza rapada. -           Sí, ya lo sabía.- Le contesté, levantando la cabeza. -           Que sepas –siguió con la voz cascada- que tienes posibilidades. Primera persona (José María) Me encontré con Arturo en el centro, y después de tomarnos la metadona, le pregunté: -    ...